Elevemos el tono humano en nuestras relaciones sociales
Respetar y apreciar nuestra dignidad como seres humanos
Si queremos tener una mejor calidad de vida en nuestra sociedad, hay un condicionante fundamental: Respetar y apreciar nuestra dignidad como seres humanos. Tratarnos como personas.
¿Qué aspectos comprende el tono humano?
- Trato amable, cortés, respetuoso. Lenguaje correcto sin ofensas.
- Nos llamamos por nuestros nombres, no por las funciones que desempeñamos. Eso es cosificarnos. (El del gas, el cajero, el jardinero, la sirvienta, el gerente etc.
- Sencillez y sinceridad.
- Ser servicial, brindar ayuda de manera espontánea en los detalles más pequeños, habla de nuestro alto sentido de colaboración para hacer la vida más ligera a los demás.
Es ayudar a alguien de manera espontánea, como una actitud permanente de colaboración hacia los demás. La persona servicial lo es con su familia, en su trabajo, también en la calle ayudando a otras personas en cosas aparentemente insignificantes, pero que van haciendo la vida más ligera.
Las personas serviciales viven continuamente atentas, observando y buscando el momento oportuno para ayudar a alguien, aparecen de repente con una sonrisa y las manos por delante dispuestos a hacernos la tarea más sencilla, en cualquier caso, recibir un favor hace nacer en nuestro interior un profundo agradecimiento.
- Corrección en el vestir
- Ser ordenado. Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.
- Ir limpio, pulcro. El valor de la pulcritud es la práctica habitual de la limpieza, la higiene y el orden en nuestras personas, nuestros espacios y nuestras cosas.
- La puntualidad, para no hacer esperar a los demás. El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.
Te invito a que revisemos nuestro tono humano.
Alfredo Pallares