Alomar, decepcionado, sorprendido y frustrado
Alomar dio sus primeras impresiones, en las infalibles redes sociales
Nadie está libre de escándalos y menos si va de la mano de fama y fortuna. Ahora es el turno del puertorriqueño Roberto Alomar, hasta ayer consultor de Major League Baseball, pagar por un supuesto desliz de hace siete años.
Perdió un empleo, que a no dudar sólo le servía como distractor y los honores que le rindieron los Azulejos de Toronto, quienes no ha vuelto a figurar desde aquella generación del bicampeonato de 1992 y 1993 encabezada por él. Pero su condición de inmortal del Salón de la Fama de Cooperstown sigue intacta. Menos mal.
No faltarán los que, susceptibles a adoptar ofensas ajenas, pretendan un “linchamiento” contra uno de los íconos del beisbol que, fuera de aquél fuerte incidente con un umpire John Hirschbeck, en 1996, mantuvo una conducta intachable. Con eso deberá lidiar un tiempo.
Alomar dio sus primeras impresiones, en las infalibles redes sociales, y en principio justificó la determinación firmada por el comisionado, Rob Manfred, tomada en base a los informes recabados.
Sin embargo, dijo estar decepcionado, sorprendido y frustrado con la noticia. ”Mi esperanza es que esta acusación pueda ser escuchada en el foro pertinente, y me permitan abordarla”, añadió.