En nuestros niños y jóvenes esta la esperanza de un mundo mejor
En nuestros niños y jóvenes esta la esperanza de un mundo mejor
Es nuestra responsabilidad Sembrar ideales y acompañarlos para que los concreten en un proyecto de vida y un plan de acción para realizarlos.
Hace 50 años, recién llegado al Instituto Chapultepec de Culiacán un padre de familia dedicado a la agricultura, conversando sobre la educación de sus hijos, me dio el siguiente consejo:
“Para educar bien a los hijos tenemos que ser…
Ser generosos en la siembra
Cuidadosos en el cultivo y
Desprendidos en la cosecha…”
A.- GENEROSOS EN LA SIEMBRA:
Mostrar con generosidad el valor que tiene la vida humana. ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Para qué y para quién vivimos?
Generosos al proporcionarles los buenos ejemplos que necesitan.
Generosidad en dedicarles el tiempo y la atención oportuna que requieren en cada momento y circunstancia de su vida.
B.-CUIDADOSOS EN EL CULTIVO:
Educarlos en positivo para reconocerles sus aciertos, corregirlos en sus errores y que aprendan de sus equivocaciones.
Que aprendan a pedir y dar perdón. No guardar rencores, ni odios.
Que descubran para qué son útiles. Todos somos buenos para algo.
Aprender a ser solidarios.
C.-DESPRENDIDOS EN LA COSECHA:
Acompañarlos para que según su edad y condición vayan elaborando su propio proyecto de vida y aprendiendo a construir un plan de acción para ponerlo en práctica.
Y en su momento estén preparados para tomar su vida en sus manos y volar solos, a ser AUTÓNOMOS.
Tanto hijo como sea posible y solo tanto papas como sea necesario. Practicar el binomio exigencia-comprensión.
Solo exigencia sin comprensión es dureza innecesaria que genera inseguridad y carácter débil.
Solo comprensión sin exigencia se induce a la irresponsabilidad.
FORMAR PERSONAS DE BIEN, CAPACER DE SER FELICES ES NUESTRA RESPONSABILIDAD COMO PADRES
Por Alfredo Pallares