OPINIÓN

Retroalimentación efectiva

CULIACÁN. – Aún y cuando tengamos los mejores indicadores en un tablero de control o la mejor perspectiva de la situación y la estrategia adecuada, si no invertimos tiempo en retroalimentar eficazmente a los colaboradores, no obtendremos los resultados esperados a mediano y largo plazo, ¿por qué? Porque en el corto plazo puedes hacer que el colaborador actúe cuando le estás dando la instrucción, sin embargo, a medida de que la poca efectividad de la retroalimentación de un jefe persiste, se genera una alta rotación de personal, clima laboral tenso, problemas internos, así como la falta de comunicación adecuada que genera más inconvenientes.

La retroalimentación es dar una evaluación acerca de un comportamiento o situación en particular, todo es maravilloso cuando todo es un bien merecido halago, sin embargo, cuando hay algo que mejorar o corregir, es necesario ser muy astutos para retroalimentar efectivamente sin criticar, sino evaluar con objetividad.

Un punto importante es elegir la técnica que consideres te funcionará mejor en esa situación, puedes utilizar la regla del sándwich, la cual es iniciar con un comentario positivo, mientras en el medio se enfoca el comentario en lo que se requiere corregir o mejorar, cerrando con otro comentario positivo. Para esta técnica la honestidad en las tres partes es fundamental, por lo que debes considerar puntos positivos y negativos, además, no aplica con todas las personas, ni en muchas ocasiones con la misma, porque al saber los tres pasos ya saben lo que incluye la retroalimentación y no tiene el mismo efecto, otros puntos a considerar es la preparación de los comentarios y que en algunos puestos se es más objetivo y directo. Un ejemplo puede ser que alguien presente los informes financieros, sin embargo, no los envió con antelación, a lo que se le puede decir, “Me parecen bien estructurados, para la próxima presentación me los envías un día antes sin falta por favor, me pareció excelente la nueva gráfica de barras que incluiste”. También ser cuidadoso y evitar absolutismos, lo cual es no incluir las frases como “Tienes que”, “Deberías de”, cambiarlas por “Prefiero”, “Me encantaría”, los cuales van dirigidos a la mejora, otros absolutismos son el nunca y el siempre, se pueden cambiar por ejemplos específicos.

Considera las siguientes recomendaciones:

–       Ser honesto, directo, más no ofensivo.

–       Ser profesional, no tomarlo ni hacerlo personal.

–       Solicitar más información si se tienen dudas antes de dar una retroalimentación.

–       Entender que cada persona es diferente, evitar retroalimentar a todos por igual.

–       Considerar que hay comentarios que se hacen en público y otros en privado.

–       Crear el hábito positivo de usar la retroalimentación efectiva en el equipo de trabajo.

Dar una mala retroalimentación es casi tan malo como no darla, porque la retroalimentación abre el diálogo con la otra persona, quien podrá argumentar acerca de tus comentarios, aclarando información o aportando ideas, esto debe enfocarse en el diálogo hacia la mejora, no hacia la crítica, dado que la evaluación del que hace la retroalimentación puede tener información incompleta o no haber considerado algo, aceptar que no siempre tenemos la razón también es un elemento importante para comunicarnos y saber dialogar con nuestros compañeros de trabajo, ya sean colaboradores, jefes, dueños de empresas, socios o cualquier otro con el que se quiera construir algo mejor, por lo tanto, para lograr una mejor comunicación y obtener mejores resultados en equipo, hay que retroalimentar efectivamente, sobre todo si eres el líder.

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