No puede mover sus piernas; todos los días sale a bailar para alcanzar su meta
A los doce años de edad José Antonio Aguilera fue atropellado por una camioneta que lo prensó contra una barda y lo dejó inmóvil de la parte inferior de su cuerpo.
Esto ocurrió por un descuido mientras trabajaba en una granja dándole de comer a unos cerdos.
“Fue donde yo trabajaba, yo me dedicaba a barrerle a unos puercos, a unos cochinos y fue en el momento que yo me baje a ponerle agua a unas piletas, las camioneta donde iba se echó de reversa y me prensó contra la barda”.
Este accidente le cambió la vida a José Antonio, a los 15 años entró en depresión pero el apoyo y las terapias físicas le enseñaron a salir adelante y a valerse por sí mismo.
“Al principio sí me costó un poquito porque tenía 12 años, los doctores me decían que iba a volver a caminar que no me preocupara que era la anestesia y yo lo teme normal, cuando ya me fui cuenta de mi realidad fue a los 15 años cuando entre en depresión y gracias a dios salí y aquí estoy”.
El joven de 28 años de edad originario de Guanajuato ha recorrido varios estados donde baila en su silla de ruedas demostrando a los que se detienen un poco a verlo que se puede lograr lo que se desea cuándo se lo propone y pidiendo una ayuda para cumplir su meta poner una zapatería y apoyar también a su mamá que es de capacidades diferentes.
“Salí de mi casa en marzo de este año y ya he recorrido varios estados de la república y mi meta es esa reunir fondos para apoyarme a mí y a mi mamá también es una persona con discapacidad no escucha y no habla”.
José Antonio asegura que ya ha intentado solicitar un apoyo en el gobierno de su estado natal, sin embargo dice estar convencido que para que las cosas le salgan bien tienen que hacer el esfuerzo el mismo.
Liliana Rodríguez