Mazatlán, Sinaloa.- El silbato del tren se podía escuchar desde a más de un kilómetro de distancia, cuando la máquina de acero entraba a la ciudad por el lado norte.
La luz del frente del ferrocarril poco a poco se acercaba y brillaba con gran intensidad.
Sin embargo, y pese a la cercanía, ninguna unidad móvil detuvo su marcha, hasta que se vieron obligados por el mismo tren.
COSTO
Al parecer, la vida de las personas que viajan en los camiones urbanos no vale más que 7.50 pesos, ya que, aunque hay antecedentes de terribles accidentes, siguen intentando ganarle el paso a la locomotora.
Tan sólo el día de ayer, dos camiones urbanos, uno de la ruta Vía Zaragoza y otro de la ruta Venadillo, con números económicos 6062 y 10706, atravesaron la vías cuando el tren estaba a pocos metros de pasar por la avenida Santa Rosa.
El urbano de la ruta Vía Zaragoza fue el que estuvo más cerca de haber sido golpeado por el ferrocarril, el cual no dejaba de anunciar su presencia para que los automovilistas se detuvieran, pero nadie hacía caso.
El sonido del silbato retumbaba en los oídos de las personas que se encontraban en ese lugar.
Mientras tanto, el encargado de bajar la pluma para que no pasaran los carros, al ver la tragedia que podía pasar si el tren chocaba contra el urbano, le hacía señas al camionero para que se detuviera, pero el chofer lo ignoró y aceleró la marcha para cruzar más rápido.
Las personas que viajaban en este camión observaban temerosas hacia el lado que venía el tren, ya que observaban cómo poco a poco éste se acercaba por donde pasaban ellos y el camión no terminaba de cruzar las vías.
Después de que por fin el camión se apartó de las vías, a los pocos segundos pasó el tren por donde momentos antes había cruzado el camión urbano.
DEFIENDE A CHOFERES
Ante esta situación ocurrida el día de ayer, donde los choferes pusieron en peligro la vida de los pasajeros que viajaban en los camiones urbanos, José Carlos Osuna Osuna, presidente de la Alianza de Camiones Urbanos de Mazatlán, se limitó a excusar a los choferes.
“EN ESE LUGAR TIENEN UN GUARDIA, SI ÉL NO BAJA LA PLUMA, EL CAMIÓN PASARÁ”.
No obstante, aseguró que ambos choferes serán sancionados por poner en peligro la integridad de las personas, ya que señaló que el camión debe pararse cuando escuche que viene el tren o que el chofer lo está viendo que ya viene cerca, para no arriesgar al pasaje.
NO HACEN CASO
Mientras tanto, el trabajador de Ferromex encargado de bajar las plumas en el crucero de la avenida Santa Rosa, cuenta que casi nadie hace caso cuando se les pide que se detengan para bajar las plumas y ceder el paso al tren.
Comentó que en ocasiones los conductores hasta se enojan porque ven que el tren está un poco retirado y él ya está haciendo su trabajo.
Los que también arriesgan su vida son las personas que viajan en motocicletas o bicicletas, porque se atraviesan cuando el tren ya está sobre el crucero de la avenida Santa Rosa.
ALGUNAS DE LAS TRAGEDIAS CON EL TREN EN SINALOA
Junio del 2016
La bestia de metal derrota a un conductor que la desafía al paso; esta vez en Celestino Gasca. Un adulto y una niña que murieron en el lugar y una joven mujer que resultó lesionada.
Ese mes en 24 horas, el estado registró tres accidentes de conductores que quisieron ganarle el paso al tren, con un saldo de cuatro muertos, de los cuales 3 son niños.
En el cruce del ferrocarril con la avenida Pacífico, cerca de una plaza comercial muy visitada de La Marina Mazatlán, dos jóvenes en un sedán estaban parados en medio de la vía por el carril de sur a norte cuando la máquina los alcanzó.
En diciembre del 2015
Cuatro personas sin vida y 22 heridas dejó un encontronazo entre un camión de personal de Proceram y el tren en Mazatlán.
Septiembre del 2015
Un carro intentó ganarle el paso al tren y terminó siendo impactado, y arrastrado por la locomotora.
El 31 de mayo de 1996
Ocurrió en Mazatlán una tragedia similar a la de hoy, en donde murieron 34 personas y decenas de heridos. Un camión urbano de la ruta Jabalíes, intentó ganarle el paso al ferrocarril.
Han pasado años, la herida que se abrió ese día jamás sanará. Ver que los urbanos hoy pasan a velocidad excesiva y con la música estridente, duele aún más.
Con información de Luis Zatarain/debate.com.mx
