CULIACÁN.- El covid-19 no ha detenido a Don Tomas. Con la bendición de su familia y consiente de las medidas que debe tomar ante la contingencia sanitaria, este padre de familia sale a las calles a vender dulces para sacar el diario.
Para Don Tomas, las cosas iban bien hasta que se declaró el primer caso de coronavirus en Sinaloa el 29 de febrero. A partir de ese día sus ventas empezaron a caer.
“Yo tengo casi 10 años vendiendo, y normalmente sí salía bien, pero ahora la gente me dice que ese está cuidando y se abstienen, pero lo que no saben es que yo empaco todo higiénicamente, mis utensilios están bien desinfectados con alcohol y cuidando todo, porque me cuido yo también”.
Don Tomas tiene tres hijos, de 17, 12 y 9 años. Su mayor preocupación es no vender lo suficiente para poder llevar algo a su mesa y cubrir los gasto que se vienen por el recibo del agua y la luz.
Antes la contingencia, al día lograba sacar un mínimo de 500 pesos. Ahora, a duras penas saca 200 pesos, de este dinero debe apartar una cantidad para reinvertir quedándole poco más de 50 pesos para comer y cubrir los gastos de la casa.
“Pues apenitas sale para lo básico, frijolitos y arrocito, no da pa’ más. Me preocupa el pago del recibo de la luz que ya llegó a la casa, y pues ahorita no me está saliendo para guardar para pagar apenas está saliendo para los frijolitos”.
El mayor temo tanto de Don Tomas como de quienes viven del diario, es que se declare un cuarentena como la Italia. De ser así se les complicará, aún más, sobrevivir.
