La diversidad de las ideas
En la víspera de la conmemoración de una escena trágica de nuestra historia moderna, como lo es el 2 de octubre en Tlatelolco, quiero aprovechar para invitarlos a reflexionar sobre diversidad de las ideas. Y es que conocer nuestra historia nos permite no repetir los errores del pasado, dicen los que saben.
El 2 de octubre rojo de 1978 fue el límite de la capacidad de los gobernantes de la época, para reconocer y aceptar que la sociedad estaba cambiando, que estaba avanzando en su forma de pensar, de actuar y de organizarse.
Las ideas libertadoras de esa época fueron bien recibidas por los jóvenes mexicanos que venían expresando su inconformidad ante las injusticias sociales, la desigualdad y la pobreza, aspectos que, por cierto, siguen estando presentes en estos tiempos pero que en ocasiones no queremos voltear a verlos. Muchos liderazgos se estaban reproduciendo por medio del intercambio de las ideas bajo el mismo objetivo compartido, lograr mayor bienestar social a través de la educación.
El gobierno, en su imposibilidad de ser un interlocutor negociador, pretendió acallar las voces de miles de jóvenes con los actos violentos que ya todos conocemos. La fuerza se impuso a la negociación, las balas a las ideas, la sangre a la posibilidad.
Es triste este episodio y no podemos permitir que ocurra algo igual, pero por otra parte debemos promover, desde los lugares que cada quien ocupamos, una apertura a la diversidad de las ideas.
La sociedad sigue cambiando y nos exige formas distintas de abordar las problemáticas. Existen temas siempre presentes como la pobreza o la desigualdad social, pero también hay otros temas emergentes como el uso irracional de los recursos naturales, la irrupción de las redes sociales en las relaciones humanas, la legalización del aborto, de la mariguana o el matrimonio entre personas de la diversidad sexual.
Estos y algunos otros temas nos empiezan a polarizar, a provocar manifestaciones de odio que podemos encontrar en las redes sociales, por fortuna en nuestra sociedad mexicana no se han desarrollado tanto los crímenes masivos de odio, pero la alta incidencia de feminicidios en lo particular y de otros crímenes violentos, nos acercan cada vez más esa posible realidad en donde resulta fácil arrebatarle la vida a una persona sólo por el hecho de no estar de acuerdo con ella.
La racionalidad es una facultad de los seres humanos, las ideas la manifestación de nuestra singularidad. El poder expresarlas y compartirlas deberá seguir siendo un derecho por el que hemos de pugnar. El intercambio de ideas nos debe enriquecer y nos puede acercar a conciliar puntos de vista, nos puede llevar una solución positiva inesperada, aunque deseada, pero se requiere de una apertura, de abrir el espacio al entendimiento del otro y eso es algo que se requiere ejercitar, porque son habilidades sociales.
Por los tanto, los invito a que desarrollemos nuestra capacidad de diálogo y hagamos cada quien un esfuerzo por abrirnos a la diversidad de las ideas, recordando siempre que… Diversidad Somos Todos.