Bañarse en albercas podría provocar problemas en los ojos: dermatólogo
Un baño en la piscina es una agradable forma de refrescarse en verano pero, en ocasiones, esta práctica no está exenta de pequeños riesgos para la salud, como determinadas infecciones. A decir del director del Centro Dermatológico de Sinaloa, Guillermo Moraila Moya, los niños son los más propensos a estas afecciones, dado que es habitual que pasen mucho tiempo en el agua y tomen menos precauciones.
Comentó que el cloro es un poderoso desinfectante utilizado en el tratamiento del agua a fin de mantenerla libre de microorganismos, sin embargo puede tener un ligero efecto irritante sobre la piel y las mucosas.
“Hay que cuidarse de no estar mucho dentro del agua porque tiene mucho cloro eso irrita y tumba todas las defensas de la piel y al exponerse al sol se agrava más el asunto”, indicó.
Los ojos son uno de los puntos débiles en la piscina y en las personas que nadan con los ojos abiertos pueden surgir pequeñas molestias ocasionadas por el efecto irritante que tiene el cloro sobre la conjuntiva ocular pero en algunas ocasiones, por el contrario, hay conjuntivitis infecciosas que suelen adquirirse por el baño en aguas poco cloradas. Las conjuntivitis infecciosas suelen manifestarse algunos días después del baño, mientras que las irritativas surgen al cabo de pocas horas, por ello se recomienda el uso de gafas protectoras, sobre todo en los niños que suelen permanecer mucho tiempo en el agua. Las gafas de sol también son recomendables para minimizar los daños oculares, ya que la radiación solar es un factor añadido de agresión.
Susana Bastidas