CULIACÁN._ Desde hace 15 años, Juan Carlos Gallardo tuvo la inquietud de construir un dispositivo que le ayude a su hermana que padece de problemas musculares, a desplazarse de un lugar a otro y a realizar otras actividades sin la necesidad de otras personas.
“En el momento se me ocurrieron unas ideas, pero inmediatamente o después de analizarlo decía no, ese mecanismo es complicado creo que desarrollarlo llevaría mucho tiempo y creo que no funcionaría”.
Estaba desesperado por ver cómo pasaban los años y no conseguía algún avance en su proyecto. Un día sin estarlo buscando, la idea surgió, al parecer la nueva alternativa prometía estar más apegada a su funcionalidad.
“Cada dos años durante esos 15 años que pasaron, yo mismo me reprochaba por qué no podía encontrar una solución. Un domingo estaba yo acomodando mi cama y sin pensar en otra cosa me vino a la mente el mecanismo y pensé: ese es el mecanismo perfecto y exacto para esta situación”.
Los juguetes de su hija pasaron de ser entretenimiento a una pieza importante para construir un prototipo, Carlos explicó que con las articulaciones de una muñeca y unos pequeños engranes que tenía por ahí pudo sacar adelante el primer modelo que consistía en una silla con motor que responde a diferentes comandos de atención para el usuario.
“Me dí a la tarea en el transcurso del día construí el prototipo nomas para ver que funcionaba, lo hice de madera, también empecé a dibujarlo en un software en 3D, y ahí vi las medidas, ángulos de rotación y eso me ayudó a en 24 horas corroborar que un mecanismo diseñado así si podría ayudar a resolver el problema”.
Al ver que por fin logró diseñar una silla inteligente para su hermana, su objetivo ha cambiado, pues ahora su intención es que esta alternativa llegue a más personas de la tercera edad o con alguna dificultad para caminar a un precio accesible, por lo que está en proceso de patentara para poder comercializarla y que más personas puedan valerse por sí mismas.
