Alertan de incremento de vehículos chocolates a México

El contrabando de vehículos al país se sigue presentando, se introducen sin pagar impuestos por medio de  actos de corrupción o   las autoridades se hacen “de la vista gorda”  y se teme que ahora se utilicen como un instrumento  político para ganar simpatizantes en los estados donde habrá elecciones, como es el caso de Baja California donde el propio gobernador está promoviendo la regularización de carros “chocolates”, alertó el presidente de la Asociación de Distribuidores de Automotores de Sinaloa (ADAS), Germán del Rincón Jarero.

En una reunión de la Intercamaral Estatal con la Senadora Imelda Castro Castro, comentó que cada seis años, cuando hay elecciones federales el tema queda “suelto” y el año pasado empezaron a entrar automóviles de manera indiscriminada, que en buena parte son robados y en otra son chatarra que asociaciones  y pseudo asociaciones venden como si estuvieran en buen estado, afectando a los compradores de buena fe.

Comentó   el caso de la  Organización para la Protección de los Mexicanos (Anapromex)  que pidió la regularización de cinco millones de unidades ilegales.

 El dirigente de la Asociación de Distribuidores de Automotores,  exhortó al presidente Andrés Manuel López Obrador a no ceder a la presió0n de Gobernadores como el de Baja California Francisco Vega de la Madrid que solicitan la regularización de vehículos ilegales bajo el pretexto de resolver un problema de seguridad pública.

“Alertamos que no debe ser un instrumento político, ahora que se acercan ya elecciones que ciertos gobernadores como el de Baja California está tratando de promover que esos autos se regularicen, no se debe incitar al contrabando porque es un delito y el gobernador lo está haciendo, para sumar votos probablemente y otros estados están tratando de hacer lo mismo para ganar adeptos al regularizarse estos automóviles que son totalmente ilegales”.

Germán del Rincón señaló que no quieren que se repita la situación que se vivió de 2000 a 2005, pues en este  lapso   entraron el doble de vehículos de los que Culiacán tenía,  pasando de 200 mil a 400 mil,  provocando el colapso de las vialidades, con la consecuencia de problemas ambientales, de inseguridad y accidentes viales.