5 cosas que tomar en cuenta antes de decir que mi hijo es hiperactivo
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es una condición que se viene observando con mayor frecuencia en los últimos años y que afecta principalmente el rendimiento escolar de niños y jóvenes ya que estos se muestran permanentemente distraídos o desinteresados de las actividades escolares sin una razón aparente. Esto genera conflictos con sus padres y maestros ya que regularmente son motivo de regaños, sanciones y hasta suspensiones de la escuela.
La mayoría de los chicos comentan no poder controlarlo o no saber el porqué se distraen con tanta facilidad.
DSM IV (V) – Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asosicación Americana de Psiquiatría:
“ … es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que es más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar… algunos síntomas pueden haber aparecido antes de los 7 años de edad… Algún problema relacionado con los síntomas deben debe producirse en dos situaciones por lo menos (ej. En casa, en la escuela y /o el trabajo). Debe haber pruebas claras de interferencia en la actividad social, académica o laboral propia del nivel de desarrollo”.
Desde la perspectiva biológica, el origen de este trastorno es a nivel neurológico debido a la escases de mielina que es la sustancia que permite las conexiones neuronales. Estudios recientes apuntan a que con el consumo de alimentos ricos en Omega 3, como el salmón, algunas semillas se pueden mejorar un poco estas conexiones.
Desde lo social se habla de que el problema es producto de un ambiente familiar desestructurado en el que no hay reglas y existe falta de autoridad en los padres para definir los límites en el tipo de comportamiento de su hijo.
Desde el plano psicológico este trastorno es el síntoma mediante el cual se manifiesta una dinámica de relación del sistema familiar y el muchacho es el mecanismo para mostrarlo, sin que él tenga una intención consciente. De ahí que se entienda la razón de que el muchacho no se explica el porqué de su forma de comportarse, como si no pudiera controlarla.
El tratamiento más común es la medicación que será indicada por un neurólogo y en menos ocasiones esto se complementa con un seguimiento psicoterapéutico integral en el que se atienda al muchacho, pero también a su familia.
El trastorno es real y sí se presenta en algunos niños y niñas, pero hay que reconocer que últimamente se ha generalizado este diagnóstico casi para cualquier niño que se observa inquieto o que su mamá y a veces, los maestros en su escuela, no lo “aguantan”.
Las 5 cosas que tomar en cuenta antes de etiquetar/decir que mi hijo es hiperactivo:
1. Los niños se comportan como niños, no son adultos chiquitos por lo que no
piensan igual que los adultos, ni les gustan las mismas cosas.
2. Un niño sano es inquieto por que en su naturaleza está el explorar, jugar, probar
cosas, brincar y correr.
3. Si su hijo se aburre o anda de un lugar a otro, como si pareciera no interesarle,
primero habría que preguntarse si la escuela, el modelo de enseñanza y el tipo
de actividades son atractivas para el niño. Promueva juegos y actividades que
sean de su nivel e interés. El deporte y las artes son buenas opciones.
4. No pretenda que su hijo de sea como usted quiere que sea o como usted era de
pequeño.
5. Revise su nivel de paciencia y tolerancia.
Si aun, después de considerados estos puntos, sigue pensando en esta posibilidad, acuda a un profesional de la psicología, el lo podrá orientar y si fuera necesario, les sugerirá un estudio neurológico.
Cada caso en un caso distinto asi que tenga paciencia y ponga manos a la obra y recuerde que con hiperactividad, inquietos o tranquilos los niños también son diversos y… diversidad somos todos.