Estudiantes y Docentes de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas obtuvieron el Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos 2018.
El proyecto que desarrollaron durante tres años consiste en la identificación de proteínas asociadas con la tolerancia al frío en tomates rojos, como estrategia para proteger el tiempo de vida en el que son trasportados.
México al ser un país exportador necesita implementar este mecanismo hidrotérmico para evitar mermas al momento de comercializarlo, así lo dijo José López Valenzuela, líder del proyecto.
“Cuando son almacenados a temperaturas menores de 12 °C empiezan a desarrollar síntomas que dañan su calidad, uno normalmente piensa que almacenar los frutos a temperaturas bajas es bueno para prolongar su vida de anaquel. Sin embargo en estos frutos no se pueden bajar de 12°C por más de cinco días porque empiezan a presentar este tipo de problemas».
Entre docentes y estudiantes contribuyeron en los cimientos de la investigación, su objetivo principal era conocer los daños que ocasionan las frías temperaturas en los alimentos, el cual les llevó 10 años averiguar.
El equipo ganador en la categoría “Profesional en Tecnología de alimentos.” son personas egresadas, estudiantes de Doctorado y personal de la facultad quienes trabajaron en equipo en los últimos tres años.
Con el fin de mejorar la economía de México, López Valenzuela mencionó que este avance permitirá que agricultores tengan mayor tiempo para comercializar sin tener presión por el tiempo de vida que va transcurriendo a partir de ser cosechado.
“En el caso del tomate cuando nosotros lo adquirimos en el supermercado ya está casi maduro, esta ventaja es más importante cuando recién lo cosechan los agricultores para exportarlos, a un mercado más lejano que es cuando se requiere mayor tiempo almacenado en frio. Ahí hemos observado que el tratamiento hidrotérmico es más útil cuando lo aplican en la cosecha.”
Según Sagarpa, México ocupa el décimo lugar en producción de tomate con aproximadamente 3.5 millones de toneladas, mientras Sinaloa aporta alrededor del 25 por ciento.
Sin duda un avance que enriquecerá la vida agropecuaria en el que participaron estudiantes de universidad.
Con información de Heidi Fonseca.
